La cadera es una articulación tremendamente importante en el movimiento de un corredor, ya que genera al correr movimientos de: flexión, extensión, rotación interna, rotación externa, aducción, y abducción, que en su conjunto nos permite propulsarnos con fuerza para adelante.
En su movimiento están implicados gran cantidad de músculos que son imprescindibles que sean potentes para lograr ser eficientes: glúteos, cuádriceps, isquiotibiales, psoas-ilíaco, piramidal de la pelvis, tensor de la fascia lata, sartorio, aductores, etc.
Estos músculos trabajan de forma muy compleja e interrelacionada para permitirnos correr y lograr una buena absorción de los impactos que se producen durante la carrera. Por ejemplo, los glúteos son básicos para lograr estabilizar la cadera y así evitar las oscilaciones de ésta al correr. Además, durante la carrera se producen constantemente movimientos de flexo-extensión de cadera que es lo que nos permite propulsarnos y avanzar.
Movimientos mal hechos por la cadera por falta de fuerza o mala técnica de carrera generan problemas graves en un corredor como lesiones y un desgaste innecesario energético al correr.
Una cadera débil e incapaz de realizar su trabajo correctamente genera sobrecarga en otras zonas del cuerpo, como los tobillos, rodillas y espalda.
Para lograr trabajar los músculos implicados en el movimiento de propulsión de la cadera debemos ejercitar los distintos movimientos asociados a la articulación, ya que cada uno implica diferentes rangos de musculatura o bien diferentes fibras dentro del mismo músculo.
Un buen trabajo antes de una competencia importante en esta zona será de vital ayuda en el resultado final, ya que nuestra fuerza y eficiencia de zancada de notara de inmediato, sobre todo los últimos kilómetros de carreras largas donde la fatiga acumulada puede hacer estragos en corredores no bien musculados en esta zona.
Te dejamos dos notas donde trabajan el core y glúteos que te pueden ser de gran ayuda para fortalecer bien esta zona.