Conoce en esta nota los peores errores al correr que hacen que te lesiones. Existen varios factores, tanto externos como internos, que pueden llevarte a sufrir lesiones al correr, sin embargo entre las causas más importantes podemos destacar 3:
- Por un mal uso del material
- Como consecuencia de desequilibrios estructurales del aparato locomotor
- Por errores en el entrenamiento
Cuando hablamos de un mal uso del material, nos referimos en especial a las zapatillas, las cuales se han de seleccionar de acuerdo a tu peso y a la cantidad y calidad de kilómetros que te dispongas a hacer durante tus rodajes. Es fundamental tener en consideración que las zapatillas poseen una vida útil que, dependiendo de su desgaste, tendrían que jubilarse tarde o temprano, puesto que en el momento en que pierden sus propiedades pueden convertirse en un gran peligro para el runner.
La segunda causa, los desequilibrios estructurales, escapan del control del corredor, puesto que existe una genética la cual es complicada de corregir sólo con entrenamiento de fortalecimiento y flexibilidad (podemos señalar: pies cavos, rodillas arqueadas, actitud cifótica o escoliótica). Por suerte, la ortopedia ha tenido una mejora importante y si buscas un profesional competente de seguro podrás mitigar estos inconvenientes.
Pero, sin lugar a dudas, los peores errores del mundo running que hacen que te lesiones, guardan relación con aquellos que se cometen en los entrenamientos. Generalmente, dichos errores tienen que ver con ignorar o no prestar la debida atención a los principios de entrenamiento.
Es por esto que, a continuación, te presentamos los peores errores al correr que los corredores suelen cometer y que causan esas tan desagradables lesiones.
Errores al correr que hacen que te lesiones
1. Los Excesos
Aquí incluimos los excesos de kilometraje, de velocidad, de competiciones, de entrenamiento en asfalto o en terrenos irregulares, excesos del mismo entrenamiento y, debido a esto, de demasiada sobrecarga en los mismos grupos musculares, una sobrecarga en calidad y en cantidad incorrectas y que pueden conducir a tu cuerpo a un estado de estrés que, en la mayoría de los casos, tiene como consecuencia una lesión que puede ir de grave a muy grave.
2. La Falta de Disciplina
Lo que nunca puedes olvidar y dejar de hacer en cada sesión de entrenamiento es el calentamiento, los estiramientos, el fortalecimiento muscular y la vuelta a la calma, porque:
- Si no realizas calentamiento, no predispones tu cuerpo al esfuerzo que le vas a exigir.
- Si no enfrías, entonces no lograrás un retorno progresivo a la normalidad que permita mitigar los eventuales daños que se produzcan.
- Si no realizas estiramientos, no lograrás recuperarte después de los esfuerzos de manera correcta.
- Si no fortaleces tu musculatura, no obtendrás una estructura fuerte y compensada que te permita la prevención de lesiones.
3. Correr por sobre tus posibilidades
En ciertos momentos, puedes olvidar que te encuentras recuperándote de una lesión o que una persona que está empezando a correr no puede realizar los mismos kilómetros ni a la misma velocidad que un runner con más experiencia.
Para que puedas corres rápido, en primer lugar debes tener una óptima base aeróbica y, esa fase de entrenamiento general no se debe saltar al querer acrecentar la intensidad de tus rodajes.
Cada corredor posee un nivel de condición física y un estado físico determinado, ya sea sobrepeso, post-lesión, entre otros. Por este motivo, si realizas esfuerzos extras y entrenas a altos ritmos que no te corresponden, de seguro sufrirás algún tipo de lesión.
4. Ignorar al cuerpo
En ocasiones, las más leves molestias representan el aviso de que algo grave puede llegar. Por esto, debes escuchar siempre las señales que te da tu cuerpo. Parar un día puede evitarte parar otros 30.
No debes empeñarte en continuar tu plan de entrenamiento sabiendo que te estás sobreentrenando, no debes ser tan estricto con tu cuerpo.
5. Recuperarte inadecuadamente
Debes recuperarte de cada esfuerzo que realices. No respetar los períodos de descanso puede ser muy perjudicial, ya que estos ayudan a que tu cuerpo vaya asimilando las cargas de entrenamiento y, si no los realizas, en vez de producirse una adaptación al esfuerzo, podría provocarte sobrecargas negativas.
Todos aquellos efectos negativos se incrementan cuando el descanso es incorrecto después de un entrenamiento de calidad o de correr una cantidad de kilómetros elevada.