La veterana de guerra Terry Hennigan utilizó como ayuda un exoesqueleto con el que debió someterse a arduas sesiones de adaptación para participar en la maratón, que luego de cumplida describió como un: “Éxtasis“.
Caminó durante tres días para llegar a la meta. Terry Hennigan Vereline, de 65 años, quien padece una condición de parálisis completa en su cuerpo, y veterana del ejercito de los EE.UU, se convirtió el pasado 3 de noviembre, en un total ejemplo de inspiración y fuerza, para los más de 40.000 corredores que participaron en la maratón más famosas de la ciudad que no duerme, Nueva York.
Tres horas habían pasado luego que el ganador keniano Geoffrey Kamworor, diera fin a la prueba atlética. Sin embargo, miles de personas se dieron a la tarea de esperar la llegada de Hennigan, quien recorrió más de 42 km. Esta abuelita participó en las guerras de Vietnan y aunque gran parte de su vida estuvo atada a una silla de ruedas, esto no fue impedimento para cumplir este sueño.
Un exoesqueleto y una gran fuerza de espíritu fueron los principales motores de Hennigan para correr esta maratón. La abuela debió someterse a largas jornadas de adaptación con el exoesqueleto para ponerse en marcha.
En una entrevista dada a CBS NEWS Hennigan admitió haber sentido miedo:
“Estaba muy asustada, pero tan pronto como encendieron el dispositivo y pude dar ese primer paso, eso fue todo. Estaba levantada sobre mis propios pies. Podía mirar a las personas a los ojos. Podía abrazarlos y tocarlos”.
La veterana dedicó unas palabras al mundo y aseguró que lo importante es “nunca rendirse”. Igualmente invitó a no dejarse vencer por una situación y buscar “otra manera de hacer las cosas”. Explicó además que: “Cruzar la línea de meta fue increíble; “Me sentía extasiada. Estaba haciendo algo que nunca pensé que sería capaz de hacer”.