Enfriar después de correr, ¿por qué no debería dejar de hacerlo?
Hacer un buen enfriamiento después de correr, ayuda a tu cuerpo a retornar a las primeras condiciones de una forma gradual.
Un correcto enfriamiento logra optimizar la recuperación eliminando más rápidamente el lactato que se acumuló en tu musculatura y sangre, reduciendo los niveles de adrenalina y noradrenalina, y apoyando la eliminación de la rigidez muscular.
Además, disminuye de esta manera la probabilidad y riesgo de lesiones.
Enfriar después de correr: 3 razones de peso
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Aumenta la eliminación de lactacto.
Después de correr y realizar un efectivo entrenamiento de series, cambios de ritmo o carrera de preparación, un factor de vital importancia es enfriar, ya que apoya eficazmente la eliminación del lactacto que se acumuló en sangre y músculos.
Los niveles de lactacto se reducen con mayor rapidez cuando haces un trote suave luego de un ejercicio de alta intensidad, puesto que permite mantener un nivel alto de circulación, sin producir más lactato.
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Enfriar después de correr disminuye la adrenalina
La adrenalina y noradrenalina corresponden a hormonas que acrecientan la frecuencia cardiaca, la presión en la sangre y aumentan la respiración y profundidad de ésta.
La adrenalina retorna a sus niveles normales en menos de 1 hora, sin embargo, la noradrenalina puede tardar varias horas más para regresar a niveles normales.
Un enfriamiento adecuado puede ayudar a expulsar estas hormonas del organismo rápidamente.
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Reducir la rigidez de los músculos
Enfriar después de correr correctamente, también optimiza la recuperación, ya que permite a los músculos ser más resilientes, lo que disminuye considerablemente los riesgos de una lesión luego de un entrenamiento de alta intensidad.
Un importante porcentaje de las lesiones de un corredor ocurre aquellos días posteriores a esos días de entrenamiento más duro.
¿Cómo enfriar después de correr de manera correcta?
El enfriamiento tendría que ser durante un mínimo de 10 minutos e idealmente unos 20 minutos, corriendo a trote suave.
Si estás muy cansado o cansada como para correr, trata de caminar o hacer algún otro tipo de entrenamiento cruzado, tales como bicicleta con una cadencia alta o elíptica.
La frecuencia cardiaca perfecta para maximizar la expulsión de lactacto, adrenalina, noradrenalina y otras clases de desechos, sucede cuando ejecutamos un enfriamiento con una frecuencia cardíaca entre el 60 y 75%.
Finalizando trotando considerablemente suave o caminando los últimos 5 minutos.
Luego de correr y de hacer el enfriamiento, tu musculatura tiene una óptima circulación y todavía se encuentra caliente, lo que permite estirar sin lesionarte.
Así que es el momento ideal para hacer algunos estiramientos más suaves.
Ya lo sabes, cuando no dejas de enfriar estarás ganando tiempo para correr mejor.